La película que os propongo es “Vivre sa vie”, de Jean-Luc Godard. Esta fue una película que me sorprendió muy gratamente, a pesar de los prejuicios que me despertaba Jean-Luc. Por eso mismo, para que estéis en igualdad de condiciones, voy a transmitiros mis prejuicios.
En primer lugar hay que decir que Godard no es simplemente un director. Desde su primera película (“Al final de la escapada”), él es un auteur, con todo lo que ello comporta. De hecho, él pertenece al grupo de gente que inventó la expresión “cine de autor”.
¿Qué implica para él ser un autor? En primer lugar comporta que es un director incapaz de rodar una película de género. Así, si rueda un film noir (“Al final de la escapada”), será una falsa película de cine negro, porque es una película existencialista y sobre los sentimientos. De la misma manera, si rueda un film de ciencia-ficción (“Alphaville”) será una falsa película de ciencia-ficción, porque a otro nivel habla del capitalismo y la moral burguesa como una forma de fascismo, y en último término habla de sentimientos. De la película que nos ocupa os dejo a vosotros decidir que tipo de película parece que es pero luego resulta que no.
Además, como auteur que era y es, siguió la teoría del intelectual comprometido y se hizo... ¡maoísta!, seguramente porque las palabras “revolución” y “cultural” sonaban bien juntas, o algún otro motivo superficial. A finales de los 60 y principios de los 70 formó parte del grupo “Dziga Vertov” de directores comprometidos con el maoísmo, podéis encontrar una caja de DVDs en la tienda del CCCB si os interesa...
Por otra parte es un listo, en el peor sentido del término. Sus películas son improvisadas en buena medida, en particular los diálogos. A veces los va escribiendo “en tiempo real” en pizarras que van leyendo los actores, o incluso llega a susurrárselos fuera del plano. Eso hace que los diálogos de sus películas sean... Peculiares. Y no hablemos de los homenajes, como el cartel de “Jules et Jim”. Ojo al inserto de “La pasión de Juana de Arco” de Dreyer en esta película. Y también ojo con el cuento de Poe que se lee prácticamente entero hacia el final, es importante.
Además de todo eso, es (o era) un salido. Su mujer por aquel entonces, Anna Karina, la protagonista, fue descubierta por Jean-Luc en un anuncio de jabón que ella había hecho con 17 años. Godard, que era diez años mayor que ella, la llamó para hacer una película y el romance se desencadenó. Por cierto, es importante saber que Godard y Anna Karina llevaban ya varios años casados cuando hicieron “Vivre sa vie”.
¿Por qué os recomiendo esta película? Lo hago porque creo que, a pesar de haber sido dirigida por Jean-Luc Godard, es muy buena. Funciona a varios niveles, lo cual es sorprendente para una película fundamentalmente improvisada y llena de experimentación. Anna Karina está maravillosa, mejor que nunca, es el papel de su vida. Su dialogo con la cámara es extraordinario, la mira directamente. Hay que entender que al otro lado está Godard, su marido.
Bueno, os dejo con “Vivre sa vie”, ya no os explico más. Os dejo con unos hermosos planos de cogotes (el protagonista se quejó...) y una historia bastante convencional, o puede que no tanto... Os dejo como ejercicio tratar de leer en positivo mis críticas. Os podría haber escrito una crítica llena de halagos, pero así es más fácil para mí...
1 comentari:
Sembla mentida, però el dia ha arribat en què puc dir "jo ja l'he vista".
Ara, encara no sé de què sembla que va i de què acaba anant, seguirem reflexionant.
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